sábado, 24 de enero de 2009

21 Estaciones


21 ESTACIONES.


Para todos los personajes urbanos.


Talia Yael Rodriguez Carranza.(Princesa que habla con lobos.)


Todos suben…muchos bajan. El gusano avanza por la gran cueva subterránea…cruza de extremo a extremo. Muchos rostros, pocas miradas, una niña sonríe, su paleta roja me provoca recuerdos de infancia, la nostalgia me invade…la música de banda me distrae…”10 pesos le vale 10 pesos le cuestaaaa”…”mp3 con 300 canciones clásicas”…”los cardenales de Tijuana, Duranguense de la Sierra, Los Tigres de Nuevo León, La original Banda Limón, La Arrolladora Banda Limón”…Por fin se fue…al otro lado un señor con lentes obscuros, con su bastón se abre paso entre la gente pidiendo dinero, la señora que unos segundos atrás leía la Biblia busca en su monedero negro unos centavos, los deposita en la tacita roja del señor de lentes…un niño de gorra azul se levanta de su asiento y observa las monedas de la taza…mete su manita para robar unas cuantas…un gritito…el señor toma la manita del niño y le dice “no agarres lo que no te pertenece”…el niño con una moneda de 10 peso corre abriéndose paso entre las señoras de caderas inmensas…el ciego grita “atrapen a ese chamaco de gorra azul”…todos lo voltean a ver indignados…una señora o ¿señor?...”miren quien es el ladrón”…el que hasta hace unos segundos era ciego sale corriendo antes de que las puertas se cierren. Una pareja que acaba de abordar se besa apasionadamente, no les importa el mundo…el señor de traje que sujeta el tubo mira con el rabillo del ojo…intercambio de saliva, de amor, de vida…son los únicos que disfrutan el viaje cada trayecto, cada instante…Yo los observo y sonrió…”eso es realmente profesar amor, no importa lo que digan y micho menos lo que piensen”… Una mujer que carga a su bebe les grita a los novios… ” ¿No les da vergüenza?, hay personas en este mismo vagón que no tenemos porque soportarlos”…Se abren las puertas y la pareja sale… a mi lado izquierdo unas amigas suspiran, una dice…”esos dos están bien guapotes”…ambas se asoman por la ventana para ver por ultima ocasión a los enamorados.
Una música comienza a invadir los odios de todos, puedo reconocer la melodía, (El Cascanueces de Tchaiscovsky)…todos miramos de qué lugar proviene, ante nuestros ojos una princesa parada en puntas baila mágicamente…la niña de la paleta roja abre sus ojos ante tal espectáculo, un escalofrió recorre mi cuerpo…sus movimientos avanzan como el latir de los corazones de todos los que nos encontramos abordo…nos regala un hermoso salto, la seguimos con la mirada, aterriza suavemente en el piso, da un giro y termina en una pose cual estatua griega…la pequeña niña es la primera en aplaudir…La bailarina sonríe, cierra los ojos y una lagrima recorre su mejilla…pasa pidiendo dinero, todos preferirían ofrecerle el universo…ella se sabe grande…sabe que su lugar está en bellas artes…pero su lesión en la columna no le permitió quedarse…Baja del gusano y queda grabada en la memoria por siempre. Después de la princesa, nada puede sorprendernos, ni el faquir con su espalda rasguñada por los vidrios en los que se avienta para conseguir unas monedas ni las plumas con luz de 10 pesos…Un adonis toma asiento a un costado mío…lo volteo a ver y me mira sus labios sonríen, el color sube a mis mejillas…El metro se detiene y todos bajan, el Adonis me señala el destino…me fijo en el letrero que anuncia el fin de la ruta, me levanto de un salto y salgo antes de que la puerta se cierre…busco al chico hermoso…a lo lejos su mano me manda un beso…se pierde entre la gente… busco el reloj para contemplar la hora, suspiro… camino por los pasillos…”espero que mañana pueda encontrar lo de nuevo”…


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