domingo, 30 de agosto de 2009

un domingo en la mañana


UN DOMINGO EN LA MAÑANA.

princesa que habla con lobos


Mi corazón latía desbocado, mis piernas de hilacho que se asomaban por debajo del vestido, con dificultad lograban moverse y todo por esa temblorina insoportable que hacia chocar mis rodillas huesudas. Las luces de las farolas comenzaban a desvanecerse a lo largo de la calle, un olor a pan recién horneado hacia hueco en mi panza vacía. Respire profundamente para poder relajarme, avance por el camino empedrado, la mañana hacia presencia con su toque de frescura, me detuve frente al gran aparador de la tienda de antigüedades, unos muñecos ojones me miraban de manera muy profunda, desvié mi vista y pude percatarme del gran trecho que había recorrido, no podía creer haberlo hecho…Escaparme de casa no está bien...Pero era la mejor opción, mamá jamás habría aceptado un NO por respuesta, -¡Ella es la culpable! – dije furiosa. Muchos pensamientos cobraban vida a cada pasito, me daban ataques de risa imaginando como se sentiría aquella bruja al no encontrarme en ningún rincón de la casa,-mi pobre hijita linda, ¿Dónde estás?, ya no seré mala contigo, solo regresa-jajajaj, -sí, que sufra, que se arrepienta por todo lo que hace con la pobre de mí- jajaj. Me senté en una banca de la plaza “La misericordia”, -¡eso mero!, que pida misericordia- toda la plancha se encontraba solitaria, era muy temprano, -me chocan los domingos-lo dije en voz alta, total mamá no estaba para regañarme, pensaba que cuando regresara a casa, mamá con lagrimas de cocodrilo, como dice Abu, me pediría perdón y yo proclamaría mi victoria, estaba decidido, me levante de la banca y regrese por la calle, tan sumida en mis pensamiento de triunfo no percate ni el tiempo, ni en qué momento pase por el gran aparador con sus muñecos de ojos saltones, no volví a sentir el olor a pan en mi nariz. Me encontré más rápido de lo esperado frente aquel portón de madera, por el cual me había escapado horas antes, a lo lejos la campana que anuncia la última misa dominical comenzó a presumir su gran sonido, antes de que yo pudiera tocar la puerta la bruja abrió, -por fin veremos quién gana-pensé, la bruja con sus grandes ojos de muñeco antiguo me miro y dijo.-Ya es tarde, hay que apurarnos ya sabes que me gusta estar cerca de Dios-. Me cogió por los hombros y me sentó en una silla, yo estaba estupefacta, no había en su rostro ni lamentos y mucho menos lagrimas de cocodrilo. Se coloco frente a mí y como por arte de magia lo apareció, aquello por lo que había escapado, ¡mamá había ganado!, con una sonrisa tan maléfica coloco en mi pequeña cabecita ese horrible sombrero color rosa con plumas verde limón… Me perdí en el eco de la voz de mamá…- Ahora si pareces una muy linda mujercita… ¡mujercita!… ¡mujercita!… ¡mujercita!… ¡mujercita!… ¡mujercita!… ¡mujercita!…¡mujercita!…

0 Comments:

Post a Comment



Template by:
Free Blog Templates